Europa hoy: de Carlomagno a Merkel
Europa siempre ha sido muy dada a eso del poder único. Y en eso, después de los romanos, los alemanes se han llevado la palma. No importa la nacionalidad. Ha habido emperadores europeos de otras procedencias, incluso algunos franceses. Aquí no, aquí tuvimos uno pero era más alemán que otra cosa –aunque para morir prefiriera Yuste viendo los cerezos del Valle del Jerte- y Felipe II pudo, pero no quiso.
El caso es que ahora nos ha salido una emperatriz que se llama Angela Merkel y que no sólo tiene cuadrados los hombros de las chaquetas que se pone. La señora Merkel ha decidido que hasta aquí hemos llegado y que tonterías las justas y si la semana pasada puso, casi en privado, firme a Rodríguez Zapatero, ya ha hecho lo propio con el resto de Europa, incluido Sarkozy, y lo ha hecho sin cortarse un pelo, que diría un castizo y, concretamente en el caso de España ha anunciado a bombo y platillo que nos va a estar mirando con lupa y que va a dormir con un ojo abierto.
Cuando se rumoreaba que se estudiaba una Europa de dos velocidades en la que los más fuertes iban a crear una especie de supereuro y los demás nos íbamos a quedar en el euro mondo y lirondo, llega la cancillera, da un puñetazo en la mesa y cabrea a media Europa.
Y no está mal ni lo del cabreo ni lo del puñetazo en la mesa porque ya estaba haciendo falta.
Y más falta que a nadie le hace a España, que había que ver a José Blanco –ya sin el maquillaje de ‘La Noria’- explicar lo del retraso en las infraestructuras y cómo él, en su calidad de ministro, asumía todas las responsabilidades, que tal y como empezó, uno pensaba que la responsabilidad del retraso del AVE la iba a tener Pellegrini.
Y en estas estamos mientras la moda es que los ministros se contradigan y se desdigan entre sí, entre sus secretarios de Estado y hasta contradigan a Pellegrini, que está tan de moda como Angela Merkel pero sin dar puñetazos en la mesa.
Merkel ha prohibido las especulaciones bajistas o sea las más especulativas. Eso le debería encantar a Rodríguez Zapatero por aquello de que son los ricos los que especulan, pero ya verán ustedes cómo le pone pegas a Markel-Carlomagno, claro.
Félix Gallardo es periodista
El caso es que ahora nos ha salido una emperatriz que se llama Angela Merkel y que no sólo tiene cuadrados los hombros de las chaquetas que se pone. La señora Merkel ha decidido que hasta aquí hemos llegado y que tonterías las justas y si la semana pasada puso, casi en privado, firme a Rodríguez Zapatero, ya ha hecho lo propio con el resto de Europa, incluido Sarkozy, y lo ha hecho sin cortarse un pelo, que diría un castizo y, concretamente en el caso de España ha anunciado a bombo y platillo que nos va a estar mirando con lupa y que va a dormir con un ojo abierto.
Cuando se rumoreaba que se estudiaba una Europa de dos velocidades en la que los más fuertes iban a crear una especie de supereuro y los demás nos íbamos a quedar en el euro mondo y lirondo, llega la cancillera, da un puñetazo en la mesa y cabrea a media Europa.
Y no está mal ni lo del cabreo ni lo del puñetazo en la mesa porque ya estaba haciendo falta.
Y más falta que a nadie le hace a España, que había que ver a José Blanco –ya sin el maquillaje de ‘La Noria’- explicar lo del retraso en las infraestructuras y cómo él, en su calidad de ministro, asumía todas las responsabilidades, que tal y como empezó, uno pensaba que la responsabilidad del retraso del AVE la iba a tener Pellegrini.
Y en estas estamos mientras la moda es que los ministros se contradigan y se desdigan entre sí, entre sus secretarios de Estado y hasta contradigan a Pellegrini, que está tan de moda como Angela Merkel pero sin dar puñetazos en la mesa.
Merkel ha prohibido las especulaciones bajistas o sea las más especulativas. Eso le debería encantar a Rodríguez Zapatero por aquello de que son los ricos los que especulan, pero ya verán ustedes cómo le pone pegas a Markel-Carlomagno, claro.
Félix Gallardo es periodista
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